miércoles, 3 de junio de 2009

Tarde de tormenta

De nuevo volví a propiciar ese momento de soledad con la única compañía del cáñamo.
Era una tarde calurosa, el ambiente era denso, un tanto bochornoso, el cielo tenía un color especial. Olía a calor húmedo. Me senté en el jardín de casa. Todos dormían la siesta. Era un buen momento para disfrutar de mis sentidos…
Abrí la funda de cojín en el que guardamos las cuerdas y me dejé embaucar por ese aroma tan especial….
Desaté una madeja, y tras ese chasquido tan particular sobre el suelo comencé mi labor…

El cielo se oscurecía, pude escuchar un crujido atronador , mi cuerpo se estremecía, comenzaba a llover….mis sentidos se intensificaban.


Y es que todo tiene un antes, un durante y un después.

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