martes, 29 de septiembre de 2009

Una gran noche...

Está siendo una época intensa, muy intensa. Llena de cosas por hacer, de cosas por pensar, de cosas por sentir y disfrutar. Continuaré escribiendo sobre ello, pero a veces la abundancia me rebosa y apenas encuentro palabras para describir como me siento.
Hoy me gustaría dedicar este espacio a una experiencia que sucedió hace casi un mes.
Teníamos una semana de vacaciones y la posibilidad de volver a Barcelona a ver a unos amigos muy especiales para nosotros. Son de esas personas que nunca te cansas de ver y siempre echas de menos cuando están lejos. Cada momento que compartimos es único y exclusivo.
A veces, uno tiene la gran suerte de encontrar sensibilidades que encajan perfectamente contigo, a pesar de las posibles diferencias que no importan demasiado…
Llegamos a su casa el martes por la tarde. Casualmente era mi cumpleaños y aunque no suelo darle mayor importancia, era un día especial. Empezaba una década nueva en mi vida.
Fuimos recibidos como siempre, con ese entusiasmo que tanto les caracteriza y que tan feliz me/nos hace…Besos, abrazos, saltos y danzas callejeras…
Pasamos unos días increíblemente buenos, sobre los cuales escribiré con mas calma.
8 y yo, no conocíamos el Fetish Café y el sábado, junto con mas amigos decidimos pasar allí la noche.
Siempre nos reencontramos con gente conocida, la cual es un placer volver a ver.
Coincidía la fiesta de “La vuelta al cole”. 8, me había comprado una faldita tableada de cuadros. Sin duda me encantaba pero me daba un poco de vergüenza salir con ella a la calle. Quizá sea por mi siempre afán de pasar desapercibida…
Antes de salir, me vestí como El deseaba. Me subí en mis tacones y nos dispusimos a salir.
La sensación era extraña, salí del portal casi titubeando, y unas mejillas sonrosadas y cálidas parecían calentar todo mi cuerpo supongo un tanto ruborizado por esa sensación de inseguridad. Lo sé, tonterías…
Me encantaba que El hubiese decidido que me lo pusiera. Sabía que era positivo para mi, pero en esos primeros momentos, el racionalizar no ocupaba lugar.
Entramos en el coche, música, risas y miradas llenas de complicidad. Había que sacar dinero y comprar tabaco. Recé porqué no me tocara a mi, pero era evidente…
Tuvimos que dejar el vehiculo unos metros separados del cajero. No me quitaba esa sensación, era como si tuviese escrito en la cara “Mirenmé” y fuese lo último que deseara. Sentí algunas miradas, como algunas personas se giraban cuando estaba parada en el cajero. Volví erguida o deseaba hacerlo. Al llegar, mi querida E ya había comprado tabaco. Uff, que alivio, mil gracias!.
Dimos algunas vueltas para aparcar y finalmente encontramos un sitio un poco retirado del lugar.
No escondía lo que sentía y tener a E como cómplice fue maravilloso. Cada vez me sentía mejor, mas cómoda. Se que al fín y al cabo son todo absurdos perjuicios, Sensaciones que no tienen ni pies ni cabeza, pero debía pasarlas para conocerlas y superarlas. Gracias.
Llegamos a una puerta, en la que no ponía absolutamente nada. Nos abrió un chico muy amable, el cual nos acompañó escaleras abajo hasta llegar a un descansillo con una barra.
Me encanta la libertad que suelo encontrar en estos lugares. Cada uno viste o se “disfraza” como quiere. Lo único que importa es el respeto y el deseo.
Detrás de la barra, reconocí a Dómina Zara. Una mujer de estatura media, mas bien bajita, con un pelo blanco, rizado y largo que me cautivó y unos ojos muy profundos que rápido despertaron mi interés. A Y E nos presentaron y pasamos a una gran sala. A la derecha una especie de gradas, pero solo con dos escaloncitos dónde una decena de personas conversaba tranquilamente. Por dónde quiera que pasábamos todo estaba lleno de potros, fustas, varas, flogers, máscaras, cuerdas, cadenas, anillas, cruces, velas y maquinas que evocaban todo mi interés.
Los sonidos eran muy variados, desde palabras tranquilas y sosegadas hasta gritos desmesurados llenos de placer .
La gente vestía de latex, cuero, había profesoras, alumnos y alumnas, también personas vestidas de código pero con ropa “mas habitual”. Me encantó María, la alumna de D. Un chico vestida de colegiala, que estaba preciosa y muy bien ataviada. No puedo negar que vinieron a mi muchas fantasías, y pensé que me encantaría tener algún día un hombre que disfrutara cuando lo travistiera. Será muy divertido e interesante.
Fuimos a pedir algo a la barra, donde nos atendió Dómina Zara, la cual estaba, (supuse) en compañía de varios sumisos o esclavos. Su voz es dulce pero a la vez autoritaria. El trato muy exquisito y depurado pero no te corta de hablar ni expresarte, si no todo lo contrario. Estuvimos charlando unos minutos y nos deseo que pasáramos una buena noche.
Estuvimos jugando los cuatro con una chica que había venido del sur. “A” la hizo un bondage y mientras, la tuvimos un buen rato a nuestra disposición. Fue interesante, divertido. Probé algunas cosas. Me quedé con las ganas de rasgar sus medias… ☺
Después de aquello, tras unos minutos de recuperación. “A” suspendió a “E”. No me canso de mirarles. Es tan sensual…Disfruto con ambos pero E me llena, me traspasa, me lleva, la siento tanto…Es muy especial. Fue azotada, volteada y pintada con cera roja. Estaba muy bonita. Todos mis pensamientos me llevaban allí a rozarla, a tocarla, a olerla y saborear sus gotas de sudor cuando estaba exhausta. Por supuesto me contuve. Mi lugar estaba allí, en la distancia cercana, percibiéndola, entregándola todo cuanto podía….
En estos momentos, el tiempo se paraliza, nunca soy capaz de medirlo ni tampoco lo deseo. Me gusta cuando siento en ellos esa admiración, ese amor…
Cuando hubieron terminado “A” la dejo apoyada en mí, entre mis brazos. Sentía sus palpitaciones desde la cabeza, su pelo caía sobre mis piernas, me encanta lo que siento, lo que siente…Fui acariciándola, no hay mujer mas agradable al tacto. Es suave, desprende calor, buena energía…
Sus ojos estaban cerrados, no paré de mirarla. Me encanta ese momento en el que los abre despacio y nuestras miradas se cruzan sonriéndose. Es como si no supiera dónde está y solo se limitase a sentir…
Poco a poco va volviendo, sin prisa, sin tiempo. Acompasada al momento que ella misma necesita de forma inconsciente…Para volver poco a poco a ese instante, a ese momento…
Alguien nos trajo champagne. Bebí un trago y sin palabras abrí sus labios, dejando caer una pequeña dosis desde mi boca, la cual recibió agradecida.
Que preciosidad!
Al cabo de un tiempo, “A” vino a desatarla. De nuevo momentos de gran intensidad entre ambos. Es maravilloso.
Una vez vuelto a la consciencia todos fuimos hacía aquellos escalones. Habían anunciado un enlace, una boda bdsm que fue presidida por Dómina Zara. Fuimos a ver la ceremonia y a dar la enhorabuena a los contrayentes.
Dómina Zara propuso algunos juegos en los que todos participamos. Fue muy divertido y tuve la suerte de que me concediese un deseo. Apenas podía creerlo, era un gran honor.
Aún habiendo sido permitido, me costó mucho formular mi petición. No se si es la falta de costumbre o la indecisión que me invadió por unos instantes. Pero parecía haberme quedado totalmente perpleja.
Por supuesto era algo, que no podía dejar pasar. Lo había pensado tantas veces…
“Deseo sentirla, Señora, sentir su energía”. Dije.
Estaba entre las rodillas de 8 y no solo me lo permitió sino que además me animó a hacerlo.
Me preguntó si era masoquista a lo cual contesté que no. Consultó sobre mis gustos o preferencias y la dije que podía hacer conmigo cuanto y como quisiera. Por supuesto confiaba en ella.
Me hizo desnudar a falta de esa faldita. Me tumbó boca arriba en una especie de potro (que seguro tiene su nombre específico y desconozco). Se aseguró de que estaba cómoda, me levantó la falda y comenzó a rozarme con lo que supuse, era una fusta. Con mucha calma y mucho tacto. Una sensibilidad increíble. Mas que lo que me hiciese, me interesaba lo que percibía de ella. Y sin duda fue una experiencia única.
Hacía tiempo que me apetecía probar una “ruedecita” de esas que tienen puntas afiladas, y cuando la pasó por mis pechos pinzados supe perfectamente lo que era. Manejó todos los instrumentos con una delicadeza exquisita. Sin duda me llevo donde quiso…y la seguí sin planteármelo.



Solo tengo palabras de agradecimiento y cuando volvimos a Madrid así quise expresárselo en una carta.

Desde luego la noche fue increíblemente enriquecedora.

Gracias 8, gracias amor, por tus siempre apropiadas lecciones. TAAA


Os quiero

4 comentarios:

Carlos Martin dijo...

Eres la mejor, eres grande. TQM, TAAA

edelweiss m dijo...

Lo mas grande eres tu!, y que me estés mostrando como darte lo mejor.
Gracias por estar aqui.

Yo tamb TQM :)
TA

kuss dijo...

Estoy de acuerdo con Carlos eres la mejooor y creas edelweissdependencia.
Que mono que tengo!!

I love

edelweiss m dijo...

Hola!!!
Ayyy, mis amores!!!

Jo, nosotros también tenemos mono :(
Muuuucho!

Me encanta verte por aquí y me ha gustado mucho que llamaras y habláramos un ratín :)

Con amor...
e