jueves, 26 de noviembre de 2009

Día de lluvia


Llovía, llovía intensamente. Mi ser afortunado entre sus brazos. Con la cara hacia el firmamento, sintiendo sus dedos sobre mi espalda y mi cintura, mientras generosas gotas caían sobre mi rostro expuesto al cielo, entregado a su abundancia infinita.
Procuraba abrir los ojos para observarle pero pronto se humedecían obligándome a parpadear. Sonreían mis labios, mi alma orgullosa y agradecida.
Y entre sus brazos me fui impregnando de su demasía, glorioso exceso de erotismo y pasión. Ante los ojos del infinito, unidos, mezclados, inundados de emoción…


Te Amo

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