martes, 28 de septiembre de 2010

Atardecer en la Vega

Esta tarde salí a pasear con mi padre. Apenas quedaba una hora para la caida del sol. Hemos dado un paseo precioso lleno de colores y olores de cambio.

De tonos de otoño y trinos de la segunda nidada de golondrinas que hay bajo el puente romano que atraviesa el rio. Y cuando paras a mirarlas sientes esa especie de prisa con la que suelen volar las golondrinas al atardecer. Como despidiendo el día, todas van de un lado para otro, escandalosas y fugaces, bebiendo de las últimas piscinas del verano.

Anduvimos despacio, a su ritmo, charlando sobre sueños, deseos, ideas y proyectos. Me gusta que hablemos.

La tarde se despedía intensa y cálida y el cielo pintaba los últimos trazos del día.

Ha sido una gran idea y me gusta que haya sido una propuesta suya. He disfrutado mucho de su compañía y los paisajes eran fantásticos. Adoro tener el campo tan cerca y dar estos paseos a menudo.

tkp

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