viernes, 12 de noviembre de 2010

Mi primera ropa de látex

Llevaba meses ahorrando en ese pequeño florero escondido del salón. Mes tras mes iba guardando lo que iba pudiendo. Poco a poco como las hormigas, llenando aquella cerámica de papeles de colores que cambiaría por aquello que tanto tiempo llevaba deseando; un conjunto de látex.

El pasado fin de semana Eris viajó a Paris. Habíamos pasado el sábado en casa de Zor probándonos ropa para la Devottion III. Dado el código estricto, cuero, látex, PVC o burlesque clásico, no había mucha opci
ón, así que, Zor nos estuvo echando una mano en el tema de la ropa. Visitamos varias tiendas por el centro de Madrid pero no vimos mucho que nos llamara la atención. De nuevo en casa de Zor, estuvimos probándonos ropa suya y de Eris. Pasamos un rato muy divertido.

A última hora, estuvimos buscando páginas por Internet de tiendas fetish o similares.

Al rato, Zor propuso la posibilidad de encargarle ropa a Eris y que la trajera desde Paris a su vuelta a Madrid. Estuvimos mirando algunas cosillas en la tienda Demonia. La verdad es que había cosas muy bonitas.

Volvimos a casa y por el camino estuve pensando si sería buena idea. Sobre todo porque no podía ver insitu las tallas ni las prendas. Pasamos el domingo viendo la página y finalmente hicimos una lista de cosas. Teníamos tantas ganas!

Al día siguiente hablamos con Eris y no tenía ningún problema en traernos el pedido. ¡Genial! La mañana del lunes, la tuvimos a la pobre enredada entre llamada y llamada. Quitando algunos pequeños cambios, todo fue genial. Encontró todas las prendas y las tallas requeridas. Hasta unos zapatos maravillosos de los que me había quedado prendada.

La verdad es que me hacía mucha ilusión. El lunes fuimos a recogerla al aeropuerto. Venía acompañada de una amiga y después de llevarla a su casa, fuimos los cuatro a casa de Zor para ver las nuevas adquisiciones. Por el camino, en el coche me adelantaron uno de los zapatos y no pude contener las ganas de probármelos. Son tan bonitos…

Una vez en casa de Zor, nos sentamos todos en la cama y como cual gran mama noel, Eris fue descubriendo y entregándonos todo lo que había traído. Intriga, risas, aplausos y besos. Que emoción!

Zor, hizo la cena, mmm y después de cenar estuvimos jugando a un chisme que tienes que bailar encima de una alfombrilla, jajaja ¿cómo se llama?

Ibamos perdiendo prendas. Me ganaron todos y fui la primera en quedarme sin nada. Lo cierto es que no me importó mucho. Cuanto antes me desvistiera, antes podría probar mi ropa.

Llegado el momento, entusiasmada cogí todo lo que me había traído y en una esquinita del sillón fui tratando de encapsularme en látex. ¡Genial! De pies a cabeza me vestí tan bien como pude. Lo cierto es que lucia muy bien. Todo quedaba como anillo al dedo excepto unas medias que me quedaban un poco pequeñas, pero podremos remediar con un liguero. Las compras habían sido un éxito! Gracias, gracias, gracias…

Mucho que contar de aquella noche, pero esa es otra historia…

Ya estamos preparados para la fiesta!!!



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