Algunas creencias de ciertas culturas milenarias señalan la auténtica felicidad como el estado de ausencia de deseo. Una condición lejos de toda necesidad, dónde se alcanza un estado de "paz" y quietud interna. De equilibrio físico y emocional, de calma y sosiego, de quietud....
En ocasiones me descubro reflexionando sobre esta idea de la "felicidad" y lo cierto es que en la actualidad no siempre deseo estar así. Comprendo la justificación, así como los motivos que proponen muchos maestros y expertos del tema que posiblemente ya hayan acumulado la experiencia necesaria para ello, sin embargo yo disfruto tanto desde la experiencia que quizá sea este uno de esos aprendizajes personales. Y es que vivencio mis días desde la percepción, la apertura, el ensayo, la permeabilidad de estímulos, recogidos por cada sentido, que lo transforma todo en una nueva experiencia de la que aprendo cada día.
Aprender a aprender, cultivarme desde la curiosidad, asumiendo la responsabilidad de elegir, y sentir, palpar, ver, oler, saboreando cada brizna con la que me cruzo... Para mi eso es felicidad, proponerme retos cada día, conocerme un poco más en cada paso, enfocando la atención al camino, en cada oportunidad y cada amenaza, en cada fortaleza y cada debilidad, en cada persona que encuentro en el camino, en cada persona con la que compartimos, sumando a cada instante, aunque no siempre sea agradable lo que vivo y aún así aceptarlo por como es, por aquello que puedo aprender, por eso que me aporta. Como aquel que va escribiendo su libro mientras camina......y solo así siento la auténtica felicidad.
¿Maestro acaso puede haber motivación sin deseo? - Conoce y elije tus necesidades, eso te hará libre.
- La condición de todo ser vivo es la felicidad durante el camino...
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