Hace tiempo se me ocurrió la idea de comenzar una "cadena de sonrisas".
Consiste en hacer pequeñas sonrisas de fieltro para entregarlas, y que las personas a las que se las entregase después de disfrutar de ellas volviesen a entregarlas. De este modo la cadena de sonrisas cada vez se ampliaría más y más.
La idea me resultó interesante sobre todo por la carga emocional que conlleva y también por el posterior desapego de la materia para quedarnos sencillamente con la buena sensación de recibir y de entregar.
Inicié el proyecto durante una clase. Fué muy bien recibido y la reacciones de la gente fueron muy diversas, lo cual para mi fué doblemente enriquecedor.
Ya he entregado unas sesenta sonrisas y la gente me escribe para contarme cuán fué de emocionante recibirla, pero cuanto más les aportó entregarla.
Estoy contenta. Maravillosa sinergia!
lunes, 9 de mayo de 2011
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